A principios de noviembre se anunciaron los proyectos que serán premiados entre el 2 al 6 de diciembre en la XIII Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo (BIAU), que tendrá lugar en Lima, Perú, bajo el lema “CLIMA: Acciones para el buen vivir”. En esta instancia el proyecto chileno Parque Urbano Isla Cautín, será premiado en la categoría Obras junto a otras nueve, entre 879 propuestas recibidas de 21 países. El arquitecto y académico de Arquitectura UC Osvaldo Moreno fue el gestor y responsable del proyecto, junto a su estudio, Osvaldo Moreno + Martínez & Asociados.

El parque nació bajo una licitación pública del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu) a través de la iniciativa “Plan Chile Área Verde”, en el año 2015, que buscaba establecer una idea de proyecto sobre un predio ubicado en el margen norte del río Cautín, al sur del centro urbano de Temuco, con el desafío de lograr un hábitat sustentable y multicultural. 

Hasta ese momento era un espacio de frontera de la ciudad, que había sido ocupado por el ejército como un campo de entrenamiento por lo que contaba con una importante conservación de los ecosistemas de la ribera por las restricciones para la accesibilidad.

“De esta manera, la idea del parque no surge con el fin de imponer un determinado modelo de diseño, sino que más bien de poner en valor todos aquellos atributos de paisaje existente y también aspectos históricos y culturales, en este caso, a través de programas y la conservación de espacios de naturaleza que para la cultura mapuche son sagrados”. Agrega que otro aspecto relevante fue la participación ciudadana, en el marco del trabajo colaborativo que se estableció, en el marco de ser una iniciativa del Minvu (Ministerio de Vivienda y Urbanismo) con distintos actores de la sociedad civil. 

Luego de alrededor de dos años del proceso de diseño, y un periodo de construcción que comenzó en 2019, el parque se inauguró en abril de 2022, quedando bajo la gestión y mantención de la Municipalidad de Temuco y la Dirección de Parques Urbanos de ésta (que nace bajo el alero de este proyecto). Cuenta con 28 hectáreas de superficie y se dispone en torno a una pradera central, que es de libre uso permitiendo tener una panorámica del paisaje a su alrededor. Actualmente es un punto de encuentro de un amplio espectro de visitantes, no solamente de esas ciudades, sino también de diversas localidades de la región de la Araucanía y del sur de Chile. 

Aparte de tener un gran valor por ser un espacio de bienestar, de conexión con la naturaleza, recreación, ser un lugar para diversas iniciativas y actividades de educación ambiental, investigación e innovación, su gestor agrega que “este proyecto ha sido capaz de establecer una integración de la ciudad hacia los sistemas naturales como bosques, praderas y las propias condiciones ribereñas”. Agrega que es un importante aporte a los servicios ecosistémicos, con grandes beneficios a la población a partir del mejoramiento de la calidad del aire y a la mitigación de la inundación en la ciudad, especialmente a la problemática del manejo del drenaje urbano, integrando sistemas de humedales y de praderas inundables que contribuyen a amortiguar los efectos de precipitaciones extremas que en lugar de que afecten a la ciudad, lleguen dentro del parque.  

El premio verde

Además de ser un gran reconocimiento para la arquitectura nacional, para su gestor y todos quienes participaron en cada uno de los procesos que tuvo y sigue teniendo el proyecto; es destacable que este galardón se le entregue a una obra verde y no a una arquitectónica.

Osvaldo Moreno destaca el reconocimiento al valor del proyecto por su contribución a mejorar la calidad de vida en la ciudad, a la acción climática en los desafíos de resiliencia y de adaptación al cambio climático. “El reconocer el rol que puede jugar la infraestructura verde en las ciudades a través del diseño de un parque corrobora el aporte que tiene este tipo de proyectos para enfrentar esos desafíos mencionados”, explica. Señala también que se reconoce el buen manejo que se puede establecer a través de alianzas colaborativas entre el ámbito público-privado, entre el ámbito académico y el ámbito, en este caso, municipal. 

“Es un mensaje importante de que los parques constituyen motores de desarrollo relevantes para nuestras ciudades, porque estimulan no solamente un ámbito de promoción de la naturaleza, el paisaje en ciudades, recreación, sino que también al desarrollo de programas de innovación, de inversión privada y de inversión pública en torno a ellos”, agrega. 

Además, este proyecto ha recibido otros reconocimientos. Entre ellos, el año 2018 fue seleccionado como “mejores buenas prácticas de participación ciudadana”, por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo. El año 2022 obtuvo el Premio Aporte Urbano (PAU) como Mejor Proyecto Espacio de Uso Público, por la Cámara Chilena de la Construcción, el Colegio de Arquitectos y la Asociación de Oficinas de Arquitectos, AOA. Y en 2024 fue nominado al Premio MCHAP (Mies Crown Hall Americas Prize), por el IIT, Chicago.